| Un buen colchón es fundamental en la etapa de crecimiento de los niños. A todo el descanso nervioso y muscular se le suma la protección al normal desarrollo óseo. Y es imprescindible resguardar adecuadamente este crucial proceso de crecimiento entregándoles un soporte adecuado.
Las transformaciones fisiológicas decisivas para el crecimiento y madurez física e intelectual de una persona, ocurren durante sus primeros años de vida.
Durante esta etapa, los niños consumen cada día una enorme cantidad de energía, por lo que es indispensable para su salud tener reposos más prolongados que los de un adulto.
Desde que nacen, y hasta los cinco años de edad, nuestros hijos pasan la mayor parte de su vida sobre una cama. Duermen entre 12 y 16 horas diarias hasta los dos años de edad, y entre 9 y 12 horas hasta cumplidos los cinco años.
Por esta razón y considerando la estrecha relación entre el dormir sobre un soporte adecuado y el óptimo funcionamiento del organismo; que durante el descanso recupera la energía necesaria para el óptimo funcionamiento de los procesos endocrino, nervioso, circulatorio y muscular; el colchón de un niño debe tener un diseño que responda perfectamente a su peso y anatomía corporal, sustentando en forma correcta su musculatura y huesos en desarrollo. |